El estudio de la competencia social ha cobrado una importancia cada vez mayor dada su repercusión en el desarrollo personal, académico y laboral, así como su especial incidencia en la prevención de comportamientos antisociales, principalmente los vinculados a la conflictividad escolar. El saber escuchar, ponerse en el lugar de otra persona, comprender, saber apreciar al otro y demostrárselo, confiar, negociar, cooperar, etc., son habilidades fundamentalmente necesarias en contextos interpersonales, y podemos considerarlas como herramientas básicas para la educación en estrategias de regulación de conflictos. Son diversas las herramientas para la evaluación de la competencia social, siendo la hetero-evaluación por parte de profesionales, padres y maestros una de las modalidades más empleadas en niños. Sin embargo, la información que pueden brindar los propios pares se presenta como una valiosa medida de la competencia social, así como un resumen del ajuste social del individuo y su grupo de pertenencia. En esta conferencia se presentará cómo estas medidas también reflejan empíricamente los fundamentos conceptuales de las habilidades sociales, y se reflexionará sobre posibles estrategias para incorporarlas en nuestras prácticas con niños.
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