Numerosas investigaciones han estudiado cómo las funciones ejecutivas se relacionan con la conducta social de los seres humanos y su ajuste interpersonal consecuente. Estas funciones neurocognitivas involucran los mecanismos necesarios para la autorregulación, la planificación y la toma de perspectiva, necesarias para resolver conflictos entre pensamientos, sentimientos y conductas. El presente trabajo tuvo como objetivo evaluar la relación entre funciones ejecutivas y ajuste social evaluado a través de medidas sociométricas. Los participantes fueron 60 niños escolarizados de entre 8 y 12 años que formaban parte de seis grupos sociales diferentes. Se analizó el status social definido en términos de qué tan aceptados o rechazados son los niños por sus compañeros, así como las características específicas que contribuyen al mismo. Por otro lado, también se analizó la popularidad percibida entendida como la medida en que un niño es identificado por sus compañeros como muy conocido, imitado e importante en la dinámica social del grupo. El perfil de estos niños representa entre otras características una mezcla de rasgos y comportamientos prosociales y antisociales. Los resultados preliminares evidenciaron que los puntajes obtenidos en las pruebas de flexibilidad cognitiva y de fluidez verbal fonológica y de acciones obtuvieron la mayor cantidad de correlaciones significativas con las medidas sociométricas. Se concluye que desde la hetero observación las funciones ejecutivas guardan mayor relación con la popularidad y aptitudes sociales específicas que con el status social.
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